Alimentación

La alimentación en los primeros años es una oportunidad para fortalecer el vínculo entre el bebé y sus cuidadores, convirtiéndose en una experiencia de exploración, aprendizaje y convivencia en un ambiente de crianza positiva. Este proceso no solo nutre, sino que permite que el bebé sienta seguridad y confianza, asociando el acto de comer con cuidado y amor. Al explorar alimentos y texturas, el bebé desarrolla habilidades motoras, sensoriales y de autorregulación, mientras descubre sus ritmos de saciedad y preferencias. Además, la convivencia durante las comidas fomenta el aprendizaje social y emocional, ya que observar a los cuidadores disfrutar de la comida y compartir la experiencia en familia enseña la importancia de los lazos afectivos, creando hábitos alimenticios saludables y positivos.